Mi hijo en la puerta de su habitación tenía una tablilla de madera con su nombre y flores secas, chulísima.
En casa hemos pintado las puertas y no puse de nuevo bien el nombre en la puerta porque se cayó y Pipo (más bien Atila) se lo comió. El disgusto de mi hijo fue.... que me puse deprisa y corriendo a hacerle su nombre en fieltro. Le encantó.
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